El Covid -19 ha transformado la manera en que las industrias operan e impactan a sus clientes potenciales diariamente debido a que está limitado la posibilidad de que las personas transiten normalmente por las calles o compartan con otros seres humanos en un mismo espacio o establecimiento.
Esto ha traído como consecuencia un impulso a la economía local, donde los habitantes de cada barrio se han visto obligados a suplir sus necesidades básicas con el comercio que se encuentra alrededor, gracias a las dificultades que presenta el mundo en cuestión de transporte y comunicación.
Ante esta situación, la mayoría de las estrategias de publicidad y comunicación de los negocios del sector gastronómico se han volcado a impactar a este segmento. A pesar de que las panaderías están diseñadas para alimentar a su comunidad cercana, han encontrado dificultades durante la crisis para conectarse con sus clientes frecuentes por medio de herramientas digitales porque no las habían implementado ni tampoco veían la necesidad de hacerlo hasta este momento en que las tendencias de consumo cambiaron. Por eso, para poder seguir llevando el pan fresco a los hogares de los consumidores y seguir siendo vigentes en el mercado, se hace necesario crear una comunidad en el barrio a través de herramientas digitales. Pero, ¿cómo hacerlo?
De acuerdo con Joaquín Silva Saray, CEO y fundador de Buping, una comunidad es un sistema de individuos comprometidos con un fin, los cuales llevan a cabo acciones que garantizan su logro. Para ello, promueven una comunicación asertiva y activa entre los involucrados y gestionan espacios para su sostenimiento como una organización en marcha.
“Los barrios, por su cercanía geográfica y comportamental, están llamados a ser redes de gobierno y cooperación entre sus actores. Por esta razón, es necesario crear ciudad y economía desde la base de sus individuos en favor de sus comunidades. Su resultado se verá reflejado en una ciudad con óptimo funcionamiento orgánico y con tejido social”, agrega Joaquín.
Sin embargo, para la creación de esta comunidad es importante, según Matías Darwich, docente de panadería del Politécnico Internacional y LCI de Bogotá, crear un grupo de convivencia. “Saber que todos tienen los medios necesarios para poder mantener una vinculación. Lo importante de crear un grupo, es dejar muy claro, para qué se crea y cómo va a ser su dinámica. Que todos tienen intereses y preocupaciones particulares que los unen. Que su creación les permite estar más informados, conocer nuevas propuestas y beneficiarse con ellas a pesar de la crisis”, agrega.
Estas comunidades se pueden construir por medio de herramientas digitales. “La ventaja que da el internet es que permite conectar con los clientes por medio de muchos canales como las redes sociales, el correo electrónico, el WhatsApp, entre otros. La cuestión está en conocer cuál de ellos es más efectivo para impactar a su audiencia. Por eso, es fundamental analizar muy bien el prospecto del cliente que le compra y cuáles son las herramientas que más utiliza en su vida diaria. De esta manera, la comunicación podrá ser efectiva y traerle rentabilidad. Cuando se sabe qué tipo de pan le gusta y por dónde se comunica, se genera una interacción. Pero, si se efectúa una dinámica que no le sirve a la gente, no va a ver interacción y con ello, tampoco ventas”, establece David Angulo, consultor en estrategia de marketing digital.
Por eso, al momento de crearlo, es importante hacerle saber a las personas cuáles son los beneficios y facilidades que le otorga estar dentro de ella, porque sin esto, las posibilidades de que la gente se sumen a esta iniciativa, van a ser mínimas.
Aún así, si quiere ser rentable durante los próximos dos años y mantener su negocio a flote, esta es la solución más idónea: impactar y fidelizar a los clientes que están cerca de su negocio con herramientas que hagan más fácil la manera de adquirir los productos y su comunicación con la marca.
